Los científicos analizaron muestras de sangre de 21 personas que consumieron 500 calorías y luego ayunaron durante 24 horas antes de una segunda comida. Se observó un aumento de los niveles de ácido araquidónico, que se refiere a los ácidos grasos insaturados omega-6. En cuanto los voluntarios volvieron a comer, los niveles de ARA en sangre descendieron.
Los experimentos con células inmunitarias cultivadas demostraron que el ácido araquidónico suprime la actividad del sistema inflamatorio NLRP3. Este efecto es inesperado, ya que anteriormente se pensaba que el ARA fomentaba el aumento de la inflamación en lugar de reducirla. El descubrimiento también aporta pistas sobre el mecanismo de acción de la aspirina, que ralentiza la descomposición del ácido araquidónico en el organismo.