Los científicos han identificado casos de una forma contagiosa de la enfermedad de Alzheimer que se transmitía a las personas a través de una forma patógena de proteína amiloide. Según un estudio publicado en Nature Medicine, la enfermedad neurodegenerativa, vinculada a la infección por priones, se adquirió tras una intervención médica mucho antes de que aparecieran los primeros síntomas.
A los pacientes diagnosticados de Alzheimer se les administraba hormona del crecimiento aislada de la hipófisis humana. Este método se utilizó hasta 1985 para tratar la baja estatura de al menos 1.848 personas en el Reino Unido, tras lo cual se abandonó por el riesgo de infección con priones patógenos, proteínas anormalmente enrolladas que causan la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Anteriormente, los científicos habían descubierto que las personas que contraían priones por el procedimiento desarrollaban depósitos de beta-amiloide, así como angiopatía amiloide cerebral, que se observa en la enfermedad de Alzheimer. También se detectaron depósitos de beta-amiloide en donantes postmortem, lo que indica la transmisión a través de la hormona del crecimiento de múltiples patógenos a la vez.